domingo, 7 de diciembre de 2008

Entre los gatos que hacen la revolución en el tejado.

Gonzalo Santiago García.*



Negras Palabras

No, no soy un trozo de papel
donde danzan negras palabras
donde grita un poema ahogado
en las notas del pentagrama de la vida.
Ayer, un intruso alcoholizado
cogió su fusil de tinta
y me lleno de letras
letras que nadaban en un mar enfurecido
letras que formaban palabras amarillas
azules
incoloras
turbias
enloquecedoras.

Un hombre besó mi superficie
mis valles, abismos
y colinas electrificadas
me hizo el amor sutilmente con frases
marchitando mis soledades
con un sexo llamado Neruda
Pobre hombre.
No tenía idea de mi desnudez
al mes parí sueños sepias.
al año realidades púrpuras.
Hasta que me convertí en palabras,
en eco de la piedra
en música del mar
Hasta que me transformé en un poema
de rebeldía anaranjado
como el amanecer de los hombres nuevos.


Domingo 9-jun-96

Encerrado en un cuadro

¿Por qué has capturado mi alma
en un cuadro?
Ayer era libre, sin alimento
sin yunta, sin tierra
pero era libre.

Tenía una voz
enrredadera que regaba a diario
dos niños como espantapájaros,
hechos de leña, paja y sueños,
pero que en sus rostros si dibujaban
manzanas, ciudades y arco iris.
Tenía una mujer, mi compañera
que había envejecido en unas cuantas lunas
ya no era la misma.
Ya no reía, ni soñaba
Era un muerto en vida
Sembré esperanzas en las terrazas
y coseché soles negros
ayer se disecaron las últimas milpas,
No llueve fuego.
Juanita no ríe
a su muñeca se le salieron las tripas
El coche de Josesito, no existe.
Dios no viene por estas tierras.
ese señor es de los ricos
de la gente de la ciudad.
¿Por qué me pintaste?
para que digan que bonito cuadro
rían y beban vino del bueno.
No, friegues no me pintes de rodillas,
pintame con el rostro nuevo
con la mirada llena de esperanzas
y el corazón regando milpas
donde surgirán luces
en medio de las sombras.

09-jun-96

¿Qué seremos los hombres?

Un altar sin virgencita desnuda
Una pirámide de escombros del último siglo
Un poema que navega en el espacio
Una idea de un Dios extravagante
que a lo mejor no es Dios
sino la imagen deshidratada de un comercial
o un niño hambriento
que se alimenta de gasolina y fuego.


¿Que seremos los hombres?
Un cúmulo de polvo organizado
algebraicamente
una pinta en una pared
una rebeldía con pasamontañas
que hemos levantado nuestra voz en el horizonte,
para no morirnos de hambre.


Seremos acaso:
El sexo dormido de un sismo
hombres nuevos que nos hemos oxidado
un corazón en llamas
una imagen virtual de vida.


O seremos:

Un poema escrito por un ente
un soplo divino, una abominación,
el error ortográfico de una vagina
o la mutación de Dios.

Sembrando dioses

Y sembramos dioses en las azoteas
desnudas de las noches,
Fornicarnos con ellos
en orgías eléctricas
acuáticas y terrestres
y mil descargas consumieron las neuronas

¿Cuánta luz irradia tu ombligo?

Eres la Afrodita perdida en las calles
y tus manos tocan la luna
se desintegra y forma un cuerpo
Selena y tú hacen el amor debajo de la mesa,
En un parque solitario de hechiceros
y sus dedos, lenguas, salivas
son poesía erótica entre arbustos
que externan al vagabundo
que lleva en el estomago las páginas
de un cielo que se cae a pedazos.

¿Has visto a un muerto escribir poesía?

Ayer ví a al viejo Antonio
escribiendo sobre una piedra.
Antes depositó en una urna sagrada
tres corazones que aún latían
ocho pares de ojos
cuatro pares de manos
y diez kilómetros de intestinos.
Los trituro hasta conseguir espesa tinta
con la cuál escribió poesía
sobre los árboles que habíamos talado
las alas de las mariposas negras
los glúteos sonrientes de un homosexual
y los cráneos de mis antepasados.
Me decía: “Hay que escribir con el corazón”
hay que rayar los andamios del cielo
los lagos contaminados de radiación
las calles donde pululan cadáveres
y las habitaciones inundadas
de sexo y violencia.
Hay ecos en las sombras
que nunca escucharemos
pero que están ahí
y claman una pinta al mar
al fuego y al viento.

09/jun/96.

Vientre, monitor encendido

Tu vientre es un monitor
de imágenes urbanas
donde tu columna vertebral
incendia a la poesía.
Estos silencios nube de locura
que desencadena la lluvia
de las piedras
mares, vaginas
y letras movedizas.

Donde tu corazón es una mina siniestrada
profanada por manos,

aves, cables, computadoras
y vagones que taladraron
tus muros y escribieron con sangre
sueños fragmentados

De puños que contienen la cólera
de dioses desnudos
que fueron descubiertos por el alba.

¿Cuánta nostalgia hay en tu humedad?

Hay vienes de noche
recorren las mareas de tu nostalgia
¿Cuánta nostalgia hay en tu humedad?
que ha tatuado el sol de signos
las voces del fuego
mis lenguas humeantes
y los labios de mujeres
que succionan cactus en el desierto.


Amor, hay fantasmas que concurren
en el atardecer de tus senos
mientras tus dedos despiertan
la rebelión de los cuerpos.






Los muros amanecieron bañados de sangre
excremento, lunas
y la iluminación de unos labios de mujer.

Un loco escribió:
¡Dios ha muerto!
La estatua de sal de un poeta
quedo como una huella
del sacrilegio

las mujeres fornicaron con el tiempo
la palabra y la noche

Al amanecer las beatas arrancaron
con las manos cada trozo
del hombre.

Los ojos los utilizaron los niños como canicas
el corazón termino en los intestinos de un perro
el falo, como los peces lo multiplicaron
y lo guardaron como recuerdo
en el interior de sus vaginas, híbridas
Cientos de volcanes en llanto
estallan, purifican
rostros
manos
huellas
senderos en las montañas
donde se agiganta la esperanza.

Una oveja crucificada en el andamio
en medio de estas ojeras que hablan
de tus pasos
de los cuadros al óleo llenos de visceras
sangre, tierra
murmullos,
soledades
laberintos y dignidades

Escribiste una palabra debajo de la
tela nocturna de un adiós
dirigida a inframundos sin satélites
ni bacterias bacteriológicas.

Vi trovadores de la muerte
ni una rebeldía que se oculta
en una onda hertziana.
Un mundo digno en donde un día
la rebeldía no tenga que usar la noche.
un rostro indígena.
Se metamorfosee en el sexto sol.

Junio-96

Tu cuerpo es un disparo en la oscuridad

Tu cuerpo es una serpiente marina
en el acantilado húmedo
de mis ansiedades.

Tu cuerpo es un disparo en la oscuridad
que se proyecta en la frase azul
inflamada de los tiempos,
es el orgasmo de la miseria
que sacude la vagina de la luna
Siete mentiras

Escribí siete mientras
en la garganta de las tempestades
te arrebaté mi cráneo agusanado
y se lo di a las sombras,
que transitan por el pentagrama
habitado de música fúnebre
dedicado a la mujer de arena
que me espera en el patio de la memoria



junio 1996

Geometría lunar

Geometría lunar
dibujada en el hemisferio de tu cintura
y en tu pupila carcomida por el caos.
I
Me gusta hacerte el amor en la azotea,
ronroneas como un gato enloquecido
arañas el impermeabilizante violeta
que recubre este piel de letras
olfatos
aleteos
brisas submarinas.

II

Amor, amaneció en tu vientre
hay poemas que son antorchas,
verdades con olor a tierra mojada
y unos golpecitos.

III

Un hombre nuevo florece
en estas montañas de tinta,
papel y soledades
palabras peces muertos
navíos arrastrados por el huracán
de tu silencio
somos sombras acuáticas
que teclean verbos
tranvías con la carga del tiempo
pupilas de un planeta inhóspito.

Hombre – tierra
de manos agrietadas por el sol,
el arado
y el sudor.

Es tu corazón…

Es tu corazón una cueva de ardores
que hacen erupción
en la espesura de la selva.
eres latido de un mar con injertos de ángeles
del cielo dinamitado por la luz.
Relámpago que rompe la noche de cenizas,
de cobardías
que transforma el canto a la tierra.

He tatuado…

He tatuado rostros del tiempo
en tu espalda de látex
He empleado colores, líneas
texturas electromagnéticas
pariendo estatuillas de barro.


He caminado en tus muslos lilas
sobre tus senos azules,
sobre tus ojeras violetas
y me he quedado con un puñado
de palabras amorfas.

Esta noche cantan los demonios
y rasgan la carne el espacio cibernético
tu voz se ahogan en el río.
¡Ante noche enterramos la esperanza!
el Dios del agua se suicidó,
la fertilidad se embriaga en un bar
y todo fue sombra nuevamente.

Quise desnudar

Quise desnudar al sol
para sentir su sexo de fuego
quise desnudar a la luna
y besar sus laberintos
y solo se me quemaron las palabras
y mis ojos arrojaron lava volcánica
y cien verdades se calcinaron
todas las páginas electrónicas
toda la poesía escrita en el asfalto
todo el lenguaje de las imágenes
todos mis cristos apolillados
y todos mis sexos ocultos

Tarde comprendí que el sol
es pan, agua
rebelión, muerte y redención.


junio 1996

Y nunca estas en ,mi templo

Y nunca estas en mi memoria relativa.
Grito tu nombre en las escaleras
de la epidermis del cristal
a la roca que es sonido
a las rodillas sangrantes del templo.

Orino el jardín de los hombres virtuales
de versículos bíblicos que se autodestruyen
y una pradera se incendia y aborta de gemidos.


Hay palabras del viejo,
que recuerdo y son como la espuma
ácida que oxida la impaciencia.


Te busco en la desnudez
de las hojas de marihuana
en lo abismal de tus ansias ojeras
en la tristísima historia de la tinta
que raya tu cuerpo de pintas.


Eres un hermoso graffiti humano
a quien hago el amor cada segundo.

Detrás de tus senos

Detrás de tus senos
esta la crucifixión del tiempo
de la bestia absurda que te desgaja
y te hace ser un orgasmo de acuarelas

He visto a la bestia de los mil rostros,
cuatrocientas tempestades
y diez mil falos eléctricos
que te devoran como si fueras una planta.

tus senos son la guerra declarada,
al territorio del olvido
de la pasividad de los parpados
de unos locos sedientos de noche
que hacen temblar las nalgas
grasientas del caos.

quisiera ser como tu,
ramificación de máscaras africanas
que viajan en el ciberespacio de la ternura.

quisiera ser tormenta
fluido, incendio,
noche sucia,
correo electrónico,
descarga de las tormenta del siglo
y solo soy un eco perdido
entre lo dulce de tus labios y pálidos
dientes y corazón

Quisiera reciclar el alcohol
que han bebido todos los hombres
un alcohol fermentado
con sabor a nostalgia amarga.

Es tiempo de que me tiemblen los labios
las manos
de tantos oasis de alcohol.

Quien como tu

Quien como tú,
extraño animal
impredecible en el sexo.
lo mismo te desnudas en el parque
violentando los eucaliptos
con tus gemidos.


Tu, la que se desnuda debajo de la lluvia
entre la escasa luz de un farol
y me susurra al oído;
“¡Quiero una fotografía de mis piernas
de mis deseos internos
de mi humedad eléctrica
de mi piel camisa de fuerza que he roto!”


y mi cuerpo es la cámara
y mi falo el diafragma
que recorre tus murallas desiertas.





junio 1996

LOS ROSTROS DE LOS OLVIDADOS

La noche de alacranes tiene el rostro
impaciente de la locura.
en el rito
conjuro a la amnesia milenaria.
pero las montañas que son fuego,
hambre, tormenta
toman por asalto la cobardía de mi sangre.


En la madrugada escucho el sonido
de caracoles, voces que diseñan la estrategia
de la muerte cotidiana.

escucho la voz de los siglos,
del primer hombre indígena que fue Dios
luego peón encasillado,
luego esfera macabra
que adornó los árboles de una hacienda,
Ayer esclavo de sus pasos y venas codificadas.
Hoy, canto que florece
arrancadas de la tierra.
hoy el ciclo termina en marea alta.
Eres Dios con las armas
de la palabra y el corazón

Anotaciones para una anatomía nocturna

Las piernas largas,
y la viscosidad de la noche,
se convierten en la soga
donde cuelgo los órganos sangrantes,
que dejan de circular en la periferia
de la profundidad ámbar de tu vagina.

NADA

Como el inicio del caos
donde sepulte la imagen cóncava
de la carcajada que siniestro cielos
inflamados de poesía
donde pinte con aerosol
mil veces tu nombre sofocante
y la sombra de tus infiernos.

Que tatué en las criptas pestañas anaranjadas,
del polvo de un olvido,
mastificado,
erosionado dulcemente y perverso
escribí una declaración en lo más profundo
de la garganta de una mujer dormida,
besé cada segundo de su piel infectada

de llanto y cenizas.
Mis labios recorrieron las sábanas fúnebres
donde reposan tantos cadáveres como soles.
Mictlan,

lugar de mis muertos
tritura tus huesos de sal
y vomito ecos donde moran
que nunca llegarán
los silencios del amanecer.
Cuantos pecados hay en tu piel
dragones,
hechiceros,
alquimia
nuevas tecnologías
que endurecen un sexo extraño
en la profundidad del cenote
monumento al ombligo sucio de la muerte


II

¿Por qué le cantamos a la muerte?
Porque no hay vida en la superficie lunar
porque la trabajadora sexual
murió sepultada en los pétalos de la tragedia

Porque la poesía ha muerto
en la cámara de gas,
el alguna estación del metro de la vida,
drogada. . .
con la guitarra al hombro
y una sonrisa donde surgió.
Los virus cibernéticos
contaminan los arrecifes
la producción industrial del sexo
oculto en la corteza de tus ojeras.

En la página electrónica
encuentro de tus pasiones,
en medio del laberinto
de salas de fotografías.
En el umbral de un puente antiguo
posas desnuda,
Eres la Diosa de cantera
un sexo virtual
Donde introduzco
el holocausto húmedo que soy



18/jun/96
¿Cuántos disparos hay en tu piel?
En tu carne donde la noche eructo su furia
piel perforada por el encanto de luzbel,

Del ente maligno,


que consume tu plegaria.
¿Cuántas veladoras prenderas?
en la tumba amnésica
¿Cuántos jóvenes muertos?
cargas en la espalda.
Cualquier rostro desnudo
Te recuerda a. . .
Su nombre no lo sabes. . .
El tuyo lo has olvidado. . .
Tu mujer. Ciudad con tu llanto
has oxidado la estructura del mar,
del fuego sutil
que ha devastado la pradera
de tus muertos.



18/jun/96
El ángel tiene las manos desgarradas,
la cabeza del tronco arrancada,
de las alas de mármol,
un riachuelo de sangre
cubre sus pies.

El ángel trata de reír
pero el sol taladra su interior.
Nada como la muerte,
que con su espada de diamante
corta las manos,
los pies,
la nostalgia,
el tiempo
que busca hacer raíces
y crecer junto al pantano desolado
de tanta carne agusanada.



15/jun/96
El ángel llora tinta amarilla
con la cual escribe sobre la piel agrietada
de las tumbas empolvadas
una frase,
un suspiro,
una rebeldía
Pero
La lluvia cae con su intriga
y lava todo:
Sangre, Cráneos,
Excremento, Vísceras
Amanece,
el ángel se desnuda
y clava su ingenuidad
en las flores negras
de los hombres errantes
que graban en pergaminos.
la radiografía de la muerte.



18/jun/96
¿Con cuanta tinta cubre los ombligos
de tus rodillas?
Es tu cuerpo un gran serpentiario
donde habitan locos alargados,
con la fiebre de los siglos,
mutantes empedernidos
de hacerles el amor al tiempo.
Rostros multimedia,
que observan la forma de la viscosidad
cuando introduces suavemente tus dedos
al estallar tus células
en gritos electrónicos,
en melodías donde resucita
la sangre que viaja en el espacio,
donde haces de la comedia
el ritual perfecto de la tragedia.
El amanecer en los cables de luz
danzan los cuerpos
y este amanecer es de hombre nuevos.

18/jun/96
La primera aparición
fue en los sueños,
eres una niña que caminaba sobre los puentes
oscuros de mi interior.
eras un relámpago que destrozabas el cielo
e iluminabas campanarios,
que se habían ahogado
en el alcohol del mundo.

Luego
la ultima fotografía
que se hospeda en las venas de la memoria.
1915, unos rizos se dibujaban en tu mejilla,
la mirada dinamito el silencio
y tus labios fueron la prisión
al ente…
el mamífero,
antropófago,
que te devoro un día
y ofreció tu corazón a las calles
embriagadas de tinta
y pinceladas del absurdo.


19/jun/96
Dibuje
en cada segundo de tu piel,
tres lunas
cuatro p u e n t e s

dos
a
b
i
s
m
o
s

Un cielo de barro y paja
y la orografía m-o-l-e-c-u-l-a-r
de una puñalada traicionera.
Un fantasma naufraga
en la marquesina somnolienta
de las venas perforadas.

El dolor de mis pies
escala hasta mi rostro
lo diseca
lo incinera
se apaga de tajo la luz del sol.

Cuelgo la página del periódico
donde ví, tu fotografía
en el sótano oscuro del corazón,
el papel es un disparo…
un bisturí que corta las arterias
y la sangre ensucia tus senos mojados.
Porque no cortamos las vías del tranvía
para que el festín de la muerte ronde,
ritual de corazones águilas,
embriaguez con el agua del mar.


Porque no matamos al silencio
fornicamos con la página en blanco,
entintamos los gritos nocturnos
degollamos a la palabra
que se incrusto en algún rincón
de la sucia piel.
La tinta navega por la supercarretera
rasgada de lágrimas
concentrada en ácidos
virus,
imanes,
alto voltaje
y corazones que se funden
cuando los orgasmos
forman riachuelos del tamaño
de tu ombligo.
Jazz en el espejo fragmentado
de tus labios de mezcal
Jazz, que humedece la cisterna
donde reposa la bestia del silencio,
del sexo,
de la tinta que corta las venas,
del papel que degolla la oscuridad.

Del sonido de las extrañas excitadas
que fabrican muñecas sintéticas,
ojos biónicos que vigilan tu ardor,
manos
que son la sombra
la explosión sin límites
a jugar a esconder la desnudez
en un barrio de rumores
lesbianas que se aman
como diosas en la cama sucia…
Todo es absurdo…
Es un absurdo. se ama,
se bebe, y se tira
en un bote.
Espejo de barro rojo
cae la luz de tu ombligo
y los caracoles enmudecen.

En estos espejos
se reflejan llamas
el corto circuito de las venas,
las manos carbonizadas,
la tinta del mundo
que se acumulo en un vaso sanguíneo.

Espejo…
puente submarino,
velas,
invocación al demonio,
cables que se interconectan
con la última lágrima
de carbono 14.
Los dedos tibios se ramifican en cientos
y besan lo nocturno de tus labios
carbonizadores.

Tus dedos se alargan
electrifican la duda,
el temor que es humedad en la noche
el desierto
que consume postes de luz,
decibeles, voltaje,
kilos de sexo
flores de aguardiente
que entibian las tumbas.
Serpientes marinas
cabalgan en tus laberintos
arrastran siglos,
planetas, una taza de café,
dos poemas de Neruda,
y las cruces del insomnio.
Serpientes de fuego y arcilla
que entretejen la voz de los sepulcros
cuando la noche se derrite
en los ojos del papel,
las serpientes emergen de la poesía,
inundan habitaciones, fotografías,
madera, irenzos
condones con olor.

A carne muerta.
Serpientes, flotan entre tus dientes
las beso, las fornico, las incinero…
y tú clavas tu misterio en la yugular
del asfalto.

En ríos de peces radioactivos
en la tumba de mi espalda azul.
Serpientes marinas
cabalgan en tus laberintos
arrastran siglos,
planetas, una taza de café,
dos poemas de Neruda,
y las cruces del insomnio.
Serpientes de fuego y arcilla
que entretejen la voz de los sepulcros
cuando la noche se derrite
en los ojos del papel,
las serpientes emergen de la poesía,
inundan habitaciones, fotografías,
madera, irenzos
condones con olor.

A carne muerta.
Serpientes, flotan entre tus dientes
las beso, las fornico, las incinero…
y tú clavas tu misterio en la yugular
del asfalto.

En ríos de peces radioactivos
en la tumba de mi espalda azul.

RITUAL DE NEGROS DIOSES

El ritual se inicia
Inicia el ritual

la desnudes de los hombres
corazones son arrojados al sol
mientras el mar se tiñe de magenta
una luna se desploma.

En el claro del bosque,
lo incesante de los tambores africanos,
embriagues de los sexos
que se funden en la roca de fuego.

Senos que son cortados de tajo,
ojos, sangre, que recorre, los cuerpos
que alimentan vísceras al abismo,
fuegos artificiales que domestican el mal,
las nalgas de las vírgenes,
cabalgan dóciles mientras que son penetrados
por la virilidad salvaje
nocturna, de negros dioses.

TE DESANGRAS CON EL ALBA

Desnudas los cables de alta tensión,
que han carbonizado la espera absurda
del islote que aguarda entre tus piernas.
Rebelión de palabras y fluidos
que manchan los pastizales
donde la luz fornica, llora y sangra

II

Desnudas la imagen latente del ser,
desnudas la noche de poesía satánica
descuartizando los abismos de la sombra
donde oculto entre los andamios,
los restos humanos
de la verdad absoluta.

III

Desnudas los muros de un profundo sueño,
la palabra escrita en una vagina electrónica.
Alguien vomita detrás de los testículos
entierro una daga en la espalda del intruso
Amor que tenías miedo y jugabas con mi sexo.

Y ahora te desangras con el alba simplemente
Sexo Redención entre una manada insaciables
de perros nocturnos
armas bacteriológicas,
y la inmolación de los ángeles .
La tinta sacude tus murallas ardientes
mientras tres cadáveres,
destruyen el anfiteatro de la razón.

II
Tres cadáveres,
dos lunas bañadas de semen,
un cablerío que sujeta una palabra,
y un millón de kilowatts.
Que penetran por los párpados
de la piel de la bestia de infierno.

III

Ayer crucificaron a la mentira,
al último poeta maldito,
al último pintor surrealista,
al último gramo que asesinó
a la violencia.
Ayer, Dios se armó en el desierto
murió por sobredosis de cocaína del silencio,
y nuevos dioses crecieron entre sábanas, y
ombligos que se humanizaron.
Boca agrietadas de cólera,
puños grises levantados en el epicentro
del caos.
El hombre es un sol rabioso,
alguien arrojan petróleo sobre la llanura gris.
Dios cansado de violar vírgenes,
regreso a ser hombre
y padeció violaciones tumultuarias.
Un infierno se construye en tu jardín,
el sexo maloliente de diez brujas
es absorbido por las flores negras…
las brujas buscan tierras vírgenes.
Han colgado a tres diosas,
en los cables electrificados en la locura.
Has absorbido su negra sangre, y
danzas invocando silencios.

Te fragmenta la noche,
en laberintos que se autodestruyen
dejando ver estructuras con sabor a piel obscura.

Me obsesionan tus ojeras que se bifurcan
entre el pavimento, imágenes.
Manos que te grita detrás de los parpados,
cadáveres que esperan ser sepultados
en la humedad tristisima de tu espalda,
donde reposan naufragios.

Corazones atravesados por luz,
corazones que viajan por las vías
de los tiempos muertos,
ahogados en la luminosidad sudorosa
de tus templos subterráneos.
Mujer…
la noche aproxima su sexo al mío,
succiono sus tetas y su tinta roja,
humedece a los poetas malditos

Mujer- guerrillera-

Ha nacido en tu abismo – tierra
la semilla de la nueva revolución,
la semilla crece con el agua del mar
gesticula.
Alza sus puños diminutos
a un cielo donde habitan lagartos,
atrapa diez de la cola y los devora.

El nuevo hombre come rebanadas de tiempo
se transforma en cangrejo,
en alga terrestre
en disparo dulce.
Entre los parpados sangrantes,
surge el lenguaje mecánico de los muertos,
nadie resucita la soledad transistorizada
que es consumida por la niebla profana,
mientras la soledad de los amantes- gritos
amantes- dedos reptiles
eclipsan tu sexo rabioso.

II

Nadie cuelga los penes erectos
de los dioses- amantes,
prefieren una página electrónica,
penetrar las carnes verdes del caos,
que succionar la realidad virtual
de nuestro canibalismo
subterráneo y en eterno luto.

Ш

Tus manos- amantes- zapatistas,
originan en la locura de mayo contradicciones
amor- revolución.
Te vuelves tormenta en el abismo
y mis manos sujetan un daga
en una yugular oxidada…
charcos de tinta cubren desiertos…
te grito… entre la lluvia de sal y hielo
y la música de tus huesos,
fabrican el túnel- prisión
de libertades que originan
derrumbes internos.


Noches de gigantes de papel… y ecos
Ecos que observan como germinan las palabras,
como las estacas sepultan infiernos
en la espalda distorsionada del poeta.

Entre los cuerpos bascasos de esta tierra,
la dignidad armada resucita la esperanza,
la esperanza de los hombres de raíz.

П

Más allá de este pasamontañas selvático
una madre- tierra,
una madre- imagen,
una madre – libertad.
Amamanta amorosamente
a un dios- rebeldía,
a un dios- consciencia.
Que sonríe y muestra dientes pequeñitos
que brotan de su alma.
En tu vientre, los vientos
depositaron semen, amor,
libertad y voces de rebeldía…
en 9 meses una historia se escribió,
en tus entrañas- sembradíos.
Solo gritos y fuego, de unos pies
que golpeaban…

En tu vientre los ángeles
derrotaron a los demonios,
la chispa incendio la pradera,
y ejércitos de hombres nuevos
surgían de tu sexo- amurallado.

La noche ha terminado en los cien mundos,
las cenizas se depositaron en las vulvas
y nuevas voces tomaron por asalto
las ciudades volátiles.
Los mares de circuitos eléctricos
y los senos alzados en armas,
se unieron finalmente.

Manos, que acarician el aliento de las tumbas
Manos- barro que moldean mujeres sin sexo
Manos- gritos en los callejones de la ciudad
Manos- sismos de sexos endiosados
Manos- raíces, extensiones de nuestras risas
Manos- vulvas con sabor a durazno
Manos- tormenta existencial de los amantes
Manos- consignas que construyen una patria
Manos- alaridos de tres locos que se aman a rabiar
Manos- poesía de mutantes sombras
Manos- masturbación del tiempo corporal de las mujeres
Manos- gemidos y succión de falos que estallan
Manos- imágenes de holocaustos de la piel
Manos- desiertos de una labios que aguardan la violación de la
publicidad electrónica.



Un malabarista mordisquea los huesos
afilados de una mujer sin rostro,
que cuelga de un andamio de plata…
Tres barcos de hojalata,
lleva en el vientre como una cicatriz
bajo la tierra ardiente.
Los dioses han profanado los surcos del sueño
dispersan electromagnéticos,
en los ríos urbanos del silencio oxidado…
Dioses, perros que profetizan su muerte
en la esquina de una pieza fúnebre,
digiriendo el arsénico de un pentagrama.
Ha muerto la diosa de la perversión,
ha muerto el dios.


Piel tristísima que nada en las pupilas,
piel blanca donde dioses con síndrome de down,
tumores malignos que construyen y
trescientas ciudades que padecen
de insomnios

Piel que besan y se incendia hasta
las cenizas.
Ciudad tibia que ríes con bombardeos,
piel donde se escribe poesía fúnebre,
monumento fabricado por tranvías,
angustias,
v-i-s-c-e-r-a-s
f
o
s
a
s,
y restos de soledades púrpuras.





Piel que grita entre montañas de células muertas,
succiona la sangre del tiempo,
del tiempo, vagina- desierto-
que se humedece por la saliva
de un hombre que escribe
una frase con su falo erecto,
entintando en un interior que arde.
Piel- mutilación electrónica
piel que amo, muerdo, taladro…
piel que saqueo, fornico, incendio, escupo…
en las noches donde la sangre nutren
mi hambre por romper esta camisa de fuera,
mi falo besa la telaraña de tus sueños…
la carne tibia de tus profundidades.
La soledad es tan profunda que absorbe

La soledad es una mujer mutilada
que fue despojada de sus mascaras
al inicio de la construcción del mar.

Soledad diosa drogada
que espera la dulzura de un pirómano
para que le prenda fuego debajo de las axilas.

Soledad intrusa incomoda. . .
una heroína de algún barrio. . .
es la hermosa trabajadora sexual. . .
que ríe con la sexta copa.

La soledad es el cadáver de un homosexual.



Ni evangelio. . . es el crimen cotidiano.
El hacer autopsias a las verdades de los demonios.
Autopsias. . . y kilómetros de vísceras. . .
Mujer – Muralla

Mujer piedra LIBERTAD.
Los incendios de la humanidad,
se concentran en tus ojeras.
El incendio avanza por los oleoductos sepia,
los gritos forman una procesión,
los silencios fabrican una soga de luz.
Procesión de cadáveres que se arrastran por tu piel,
soga de luz donde cuelgo los andamios. . .
Los espantos. . .
Los orgasmos de arsénico.
Y tus manos pasión convertida en holocausto.


I

Habita en tus desiertos. . . una enorme lengua de toro,
que empieza a introducirse en tus regiones devastadas por una guerra bacteriológica. Los movimientos de los kilómetros de humedad son pausados, circulares y poéticos.

De las cabezas de la bestia, extraños sonidos forman una espuma verdosa, pestilente. Las manos son como el fuego que explora los montes secos, montes erógenos que se convierten en volcanes, asertivos.

Manos, lava, manos-sangre, manos-dioses fragmentados que fabrican chimeneas en tus muslos, en tu vagina que se multiplican en cientos.

Explotan en el interior de tu abismo ansioso bombas de sal. La lengua se mezcla de venenos, polen y miel humana.

Me imploras, me ruegas al extremo unas lagrimas cruzan tu rostro de papel, que el extremo demonio devore tus gritos y soledades.

Quieres que te penetre con la furia de mil presos. . . y sólo pienso en él... en el DIOS BASTARDO que me ha agotado la capacidad de ser demonio. . . y solo soy una pintura de un cristo en un muro de una ciudad sorda.

II

Te espanta la bestia humana que duerme bajo un cielo acorazado.
Te espantan los relámpagos el fuego que origina muerte.
La muerte que produce toneladas de un olvido amargo.

A. . .
Te espantan los pasos en la oscuridad
que se aproximan a tu cuerpo pequeño
y le fabrican un amor virtual.
Te espanta la locura humana. . .
tu semblante se tensa hasta la ruptura
Lloras en silencio. . . en las noches.
Caminando entre tranvías
depositas una urna de cristal,
debajo de una tierra negra. . .
Escuchas de los arbustos una procesión de lamentos
de asesinos, violadores. . .
Traficantes de órganos. . . tratantes de blancas
la crueldad, mi muerte se acumula
en tus trescientos corazones. . .
Perdóname. . . la muerte me golpea en los
párpados, en la espalda, en los pies, en las uñas. . .
Perdóname. . . por morir en vida. . .
por esta amargura de siglos.
En algún lugar. . .
se detendrán mis muertos
para hacerte el amor. . .
Maldita procesión de silencios
toman por asalto a las arterias
se desborda una sangre magenta
en una imagen blanco y negro.
Como duelen los pasos de carrozas
Como palpitan los corazones de una mujer
Como huele la carne descompuesta
de una noche que abortamos la rebeldía amorosa
Que transformo la historia de los crueles
en la historia de los muertos.

II

De la historia de los muertos. . .
Del cielo convertido en llamas. . .
expulsaron una pareja de homosexuales,
una pareja de lesbianas
amantes con la piel arañada,
envenenada de radiactividad. . .
y una perversión que atentó
contra las buenas”costumbres” del cielo. . .
Dios, el gran sadomasoquista. . .
todas las noches protagoniza
orgías celestiales.

III

De los amantes. . .
El exilio lo transfieren en poesía
las piernas,
las f o s a s áridas

succionan los falos eternamente erectos. . .
Las lesbianas se esconden en un papel,
en un poema degollado. . .
en la tinta que humedece su infinita dulzura
se atrincheran en su infierno urbano. . .

Los homosexuales aman rabiosamente. . .
digieren la luna a mordidas. . .
besan.

Te amo tanto que desearas que estuvieras muerta.

Enterrarte puñaladas en el rostro. . .

Exprimirte los ojos hasta abortar infiernos.

Tus

a

/

p s

o

e m n r

s hacen g r i a

Planetas en la epidermis

del tiempo.

Le hago al estupido espejo el amor

en pantanos profundos.

Tu madre nos observa y su vagina se convierte

en un piano que es tocado rabiosamente. . .

Invoco a tu fantasma

y aparecen una fila de travestís desnudos,

que llevan una guitarra sin cuerdas

en el rostro el tatuaje de cien holocaustos.

Te maté al escribir tu nombre en la tumba anónima,
pez de humo que vives encarcelado. . .
En un tatuaje de las lunas de mayo transparentes al mar
Te mate con puñales ardientes,
que juguetearon con tu espalda azul. . .
Desbaratando al tercer día
invocando a los miserables
Eres la tinta que recorre la verde vegetación
de los párpados decrépitos del deseo.

Tus pasos cruzan los silencios nuevos…
Desafías el navío del tiempo,
y vas a convirtiendo la nada en una orgía
de murmullos.

Cuanto te ama, el Dios-bastardo
que germina en tus senos agrietados. . .
Amas la locura. . . el insoportable silencio
de los infiernos cibernéticos.

Te ocultaste de tras de un disfraz grotesco.
En toneladas de viseras de humanos
en unos poemas ensangrentados de un
erotismo radiactivo.


II


Te maté al fotografiar tus ciudades en ruinas,
ciudades que se reflejan en una taza de café.
En el humo del cigarrillo que formaron chimeneas industriales
y en los cuerpos de doncellas decapitadas
Mujer-trueno
Mujer-lagarto
Mujer-peste
Mujer-abismo

Tu cuerpo lo forman mares de arena,
Donde otros hombres construyeron templos
adornando los espacios con santos derrotados. . .
Cabezas desprendidas de los cuerpos,
dagas de plata taladran corazones negros
y es un paraíso es una escena de fornicación eterna. . .
De violaciones tumultuarias hacia los poetas. . .
Ha muerto junto a ti, el último poeta urbano.
Ha muerto de frío. . . y una gris soledad de apodero
de sus días terrenales.
Ha muerto la palabra.

¡Viva el sepulcro del silencio!
Escribí con aerosol en muros humanos,
que se inflaman de coraje ante en el ateísmo de un graffiti “Dios es Zapatista”.
El. . .
intruso, de conversaciones anónimas que posteriormente transforma en poesía.

Ella. . .
mujer-palabra que vende hectáreas de una piel convulsionada hace siglos.
El. . .
inframundo que invoca otoños, muertos, gritos y piel quemada por el odio.
Ella,… la que abre las piernas a la guerra del silencio…
Una bomba falica explota en su caverna- amarilla;
la puta se convierte en la redención del poeta... del mendigo que arriba a un puerto siniestrado encontrando una carabela que arde, llora, implora porque las tempestades se agoten…
A sus dos amigas las ha perdido…
A sol 20 puñaladas detonaron sus murallas.
Patricia
Cuerpos disecados de dos mujeres azules,
que muestran sus vísceras- circuitos
en medio de una telaraña poblada
de coágulos poéticos.
Las mujeres bestias anuales en su anual aúllan,
a l a r g a n las manos
dirigiendo los cristales que se depositan,
en sus cementerios húmedos.
Dedos que desgarran cavidades
incendiando- un paraíso hambriento.
La niña, la pinta y la santa ramera,
ayer amaneció con un cielo rojo entre las piernas
la niña dejo de soñar con dragones de papel.
Que los diseño en barcos y los hundió con una lagrima
la niña sueña que el poeta introduzca,
su lengua de reptil en sus océanos precoces…
A la niña se le derrumbaron los cielos…
Dejo de serlo para soñar con juguetes bélicos…

La pinta fue creciendo a partir de tu ombligo,
la pinta creció como una enredadera
que invadió todos los amaneceres…
Una raíz- falo se alimenta de la sangre de tus profundidades.
La pinta es una pandemia,
en la calle caminan mujeres desnudas
estridentitas en la piel dormida.
¡Hay que incendiar al último de los poetas!
En las manecillas del reloj
moran los ecos de los muertos…
Nadie puede detener el crujir.


П


De las piernas del tiempo…
Los ecos se extinguen en la miel,
que recubre los espacios perdidos
de la muerte lenta y bastarda
de una ausencias interminable.


Ш


Más sueños… con tu muerte absurda
en un pozo donde florecieron cuervos…
Tu muerte en una televisión flaca.
Tu muerte en la maldita tinta de los muros.
Tu muerte es llanto de un hombre nuevo…
Grito que erotiza la piel agrietada
de tantos cadáveres que pisotea a diario.
Hoy amaneció mi cuerpo colgado de un andamio
que tristeza es ver un cuerpo degollado, sangrando
tatuado de caracoles.
Caminabas de madrugada con nuestro hijo
y te fue indiferente el olor a carne quemada.

П

¡Viva la muerte! diosa de los sepulcros
tu, amor ácido que te conviertes en humano.

¡Viva la locura! la de los malabaristas
que jugueteaban en nuestros ombligos…
La que escupimos a diario…
Tu, la que llevabas la locura en la piel
a la que le hice el amor cada segundo,
y se murió de sueño,
en alguna calle anónima.

28/jul/98
Sangre…

Arde el llanto de dios
sobre mi espalda tatuada…
Jesús la cruz para jugar en un parque radiactivo de risas.
Arde la miseria acumulada en mis arterias…
Llevas un puñal, me miras un segundo
y sonríes ¡la sangre es liberación!...
¿Cuántas puñaladas habrás de dar al viejo árbol?
a la vigésima herida no ha muerto…
Y con la tristeza de la noche,
recoge el charco de sangre
y se lo lleva al bolsillo.
Camino por la ciudad.
Quiera absorber los espejismos mis muertos,
hacer con sus palabras grises.
Una revolución debajo de un sol nocturno
estos muertos blancos, enfurecidos, acalorados,
juguetean al malabarismo.

En tus senos llenos de semen,
los muerden hasta provocar espantos nuevos.
De los abortos de los gritos
nacen maldiciones con olor a cielo.

Tu no hablas porque estas muerta…
Solo danzas en un carnaval de ciegos
llevas una mascara africana.
Y demonios tatuados en todo tu cuerpo…
Desde hace noches una nostalgia
invade la poesía de octubre…
Un poeta sumerge su lengua en el sexo de la luna
y una manada de perros devoran una sombra.


Jun/98
Cada lágrima se arrodilla
a la luz de tu espina dorsal,
un sol se agiganta en tu vientre amoroso,
me besan los demonios en la oscuridad
los siglos rebelan la sangre
que corre bajo tus pies morenos,
soy la sombra de un poema muerto
el holocausto humano que se atrinchera
entre vaginas azules.

Lloro… esta lluvia ácida
seduce la ciudad y mis huesos,
esta lluvia ácida deteriora la rebeldía
de dos amantes convertidos en excremento…
Tu ausencia es la camisa de fuerza
de este Dios enloquecido,
que fornica con vírgenes
y labios carbonizados.

jun/98

No había escrito, porque las palabras, se dinamitaron en las avenidas de tus parpados.

Hay tanto que expulsar del inframundo:

Cadáveres de poetas bastardos,

santas prostitutas con la piel de lagarto

amorosas homosexuales que buscan un trozo de piel,

imágenes de ciudades

tormentas de cráneos…

П

El inframundo urbano defeca dictaduras,

refugio de hombres armados

con la cruz de las espaldas torturadas.

Guarida de profundas soledades virtuales

paraíso perdido de la tinta, de la poesía,

y de las rebeldías sexuales.

Ausencia de una mujer- montañosa

que de

Ausencia, intrusa sin sostén

que mendiga un trozo de sexo.

Volverán los dioses con los tobillos rotos

con las venas


Tempestades germinan de tus muslos,

invocan una carreta de ojos

que hacen orificios en un pedazo de cielo.

El agua inunda los charcos de tus ombligos,

una flor negra murmura.

· Esta cerradura abre la luna, sus encantos

rebeldías y corazones deshidratados…

· Penetra mis entrañas donde encontraras

tres mundos y sus caos…



Bienvenida la puta crucifixión

de este sinistro viaje por la oscuridad,

de estas trincheras bajo la piel dormida,

de estas lágrimas que purifican restos humanos

y maldita seas soledad.

Tú que maquillas la putrefacción tu carne,

la que abres las piernas a la radioactividad.

Gritas entre las sombras de esta ciudad de herreros,

y tus dedos pequeños buscan el clítoris del cielo,

de un cielo multiorgasmico

que ha seducido tu amargo olvido.

П

Intento subir por las escaleras de tu espina dorsal,

dinamitas los ecos de la tinta

te vomitas en esta poesía desechable.

No te importa la muerte de la bestia,

aullidos de sangre por los tranvías

sus garras afilados se entierran en su piel

y sangra… aúlla

y una canción transporta el insomnio.

Llueve… las gotas humedecen el desierto

de estos cuerpos tristísimos,

de estas horas que desprenden

palabras sudorosas que navegan sin tregua,

que en estos días acaricia mi tumba.

Hay sepulcros que germinan en el alma

gemidos que determinan el tiempo,

manos que profanaban los sepulcros

la lluvia es mutante.

Tiene tus formas, tus ilusiones viscosas,

tus labios húmedos,

tus refugios antiaéreos.

Te amo porque eres un fragmento de mi piel azul,

que conversa largos siglos con el mar

de un mar que besa tus pasajes, historias

y los sudores de tus avenidas amordazadas.

Eres una diosa en la que arden tus pastizales

alguien arrojo un cerillo en mi esófago

las llamas consumen el cielo…

El amor en tus ojos es redención cotidiana

en tus piernas desnudas, amigables, sudorosas.

El cristo muere por los placeres de tu sexo

que es la raíz de este cadáver que deambula

ladra, aúlla y fornica- fornica con las paginas en blanco

y una que otra musa convertida en serpiente.

Te amo… por ser niña, adolescente

lustro, tinta, poema, disparo.


Niña habitante de cielos rojos

alguien degolló la palabra de tus labios,

el silencio se prolonga hasta el abismo

¿Cuánto duele tu muerte… tu risa?

¿Cuánto daña el grito de las sombras?

П

Eres la resurrección de la ciudad perversa

Mueres, resucitas, perdonas a los demonios

Mujer ritual que ensombreces

Tardes de almas que naufragan.

Ш

No llores sangre sobre la ciudad sorda…

Nadie entiende tu muerte

Tu fugaz holocausto

¡maldito el Dios que te abandono en este mar!

Mujer cuanto te amamos.

IV

¿Y después del cielo del ángel?

De tus besos, tus risas, tu locura- raíz

¿Dónde habitas hermoso fantasma

de los pies ensangrentados?

V

Entierro este corazón de bestia domesticada

En alguna parte tatuada de mi jardín

¡no estoy muriendo electrocutado!

Por la diosa que abandono sus cielos

Para desangrarse en algún barrio anónimo

VI

Se solicita a una muerte amorosa

Que me lleve hacia una mar de tinta

Donde habita una mujer poeta.

Ella escribió en la espalda del homicida

En la costilla rota de otra mujer

En los labios fríos de tantos silencios

Con nombres como Rosa, Sofía, laura etc.

VII

Por favor una soga para morirme junto con esta soledad.

No tengo sus pies descalzos sobre mis sueños

Se acabo mi tiempo de vivir sin su corazón

Alguien la mato bajo una luna que parió odio

Alguna sombra, un poeta maldito

O unos demonios que fornicaron con su paz.

VIII

¿Qué demonio te corto las alas?

IX

Un niña llora en la tumba azul de mis abardias

¿alguien te corto las alas submarinas

alguien le corto la voz…el canto

Llora, hermosa niña sin rostro

mientras recojo los huesos de tu dolor

Vamos a construirte un paraíso de calcio…

una urna donde guardes tus diez corazones

tus 5 gatos negros

y tu poemario inconcluso.

X

Diez poemas sobre la muerte escribiste

Antes de que las sombras llenaran tus labios

Antes de morir besaste una luna erótica

La desprendiste del cielo

Ocultándola en tus senos ardientes

XI

Amor, muerde un pedazo de cielo

Para esconder mis muertes volátiles.

XII

Amo tus fantasmas que toman por asalto

Tu insoportable ausencia

De tu deambular nocturno

Bajo la luna grisácea

Que desangra en mis manos

XIII

En la noche, en alguna bar de espantos

Un corazón grita en la radio

Y el último reducto de tus ojos

Ya no miran mi cuerpo agusanado

Un lagarto devoro tu virtual esqueleto en estas tierras

Devoro, tus pies, tu rebeldía, tu selvática dignidad

XIV

Vives en cada segundo de mi piel murciélago

que te busca entre ramas y sombras

¡No estas muerta! Muerto el tiempo, muerta la palabra.

Ángel de las mil voces descuartizadas

Eres un poema estridente en un muro oscuro…

Un laberinto que incendia la locura

Un disparo de fuego que alegra mi muerte.

XV

Espejos quebradizos aparecen sembrados

En la epidermis de la ciudad..

Espejos oscuros…de carne y sangre

Desaparecio la poesia de tu superficie.

Todo el cuerpo de la muerte

En una imagen deforme

Un cementerio tatuado de cristos muertos

Una niña abre las piernas al mar

Los moluscos absorben su poesía

Los dedos construyen ciudades

En un clítoris

Un disparo en la espalda del tiempo

II

Cuanto amor hay en el desierto de ti piel

En los reductos de tus fluidos

Emergen sombras que hacen el amor

Con las palabras.

¡Amor gimes como una diosa herida de muerte!

III

Nos embriagamos de luz y espantos

En las senas de la luna erótica

A quien excitamos entre esta guerra

de sexo, virtual.

Amor ,mata este falo radioactivo…

Es inútil AMOR.

Las manos que se alargan como soles

Y tienden andamios en los arrecifes de tu piel.

Es inútil todo… pequeña de los pies agrietados

El reloj ahogado en una taza de café

Esperando un poeta incendiario

O unos dedos calidos que juguetean con su ansiedad

Es inútil todo… ojos de niña

Consumir los amores de silencio

Que convergen en tu ombligo.

Es inútil todo… mujer poema

Porque las palabras muertas solo gimen.

En las cavernas de las lunas

Es inútil todo…

Amor radioactivo muñeca muda

Piel maloliente café a las 9:00 p.m

Fluidos vaginales…el último ADIOS

gaviota sin cabeza

Ni alas. . .

Cielo vaginal

habitado por gnomos taciturnas

que ruegan un trozo de carne azul. ..

desgarro tu locura

tus escamas mujer iguana

Insaciable iguana gris

que muerdes el desierto de falos. . .

II

Todos los bosques de la habitación

conducen al laberinto de tus pesadillas

Manos de rebeldía

que modelan las criptas humanas

donde reposan poemas muertos

Bosques destruidos de tumores

donde oculto corazones endemoniados, oxidados

Beso la boca de tus profundidades

y los mares de desbordan hasta el cielo.