domingo, 7 de diciembre de 2008

Cientos de volcanes en llanto
estallan, purifican
rostros
manos
huellas
senderos en las montañas
donde se agiganta la esperanza.

Una oveja crucificada en el andamio
en medio de estas ojeras que hablan
de tus pasos
de los cuadros al óleo llenos de visceras
sangre, tierra
murmullos,
soledades
laberintos y dignidades

Escribiste una palabra debajo de la
tela nocturna de un adiós
dirigida a inframundos sin satélites
ni bacterias bacteriológicas.

Vi trovadores de la muerte
ni una rebeldía que se oculta
en una onda hertziana.
Un mundo digno en donde un día
la rebeldía no tenga que usar la noche.
un rostro indígena.
Se metamorfosee en el sexto sol.

Junio-96

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