domingo, 7 de diciembre de 2008

Los dedos tibios se ramifican en cientos
y besan lo nocturno de tus labios
carbonizadores.

Tus dedos se alargan
electrifican la duda,
el temor que es humedad en la noche
el desierto
que consume postes de luz,
decibeles, voltaje,
kilos de sexo
flores de aguardiente
que entibian las tumbas.

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