domingo, 7 de diciembre de 2008

Sangre…

Arde el llanto de dios
sobre mi espalda tatuada…
Jesús la cruz para jugar en un parque radiactivo de risas.
Arde la miseria acumulada en mis arterias…
Llevas un puñal, me miras un segundo
y sonríes ¡la sangre es liberación!...
¿Cuántas puñaladas habrás de dar al viejo árbol?
a la vigésima herida no ha muerto…
Y con la tristeza de la noche,
recoge el charco de sangre
y se lo lleva al bolsillo.
Camino por la ciudad.

No hay comentarios: