Hoy amaneció mi cuerpo colgado de un andamio
que tristeza es ver un cuerpo degollado, sangrando
tatuado de caracoles.
Caminabas de madrugada con nuestro hijo
y te fue indiferente el olor a carne quemada.
П
¡Viva la muerte! diosa de los sepulcros
tu, amor ácido que te conviertes en humano.
¡Viva la locura! la de los malabaristas
que jugueteaban en nuestros ombligos…
La que escupimos a diario…
Tu, la que llevabas la locura en la piel
a la que le hice el amor cada segundo,
y se murió de sueño,
en alguna calle anónima.
28/jul/98
domingo, 7 de diciembre de 2008
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