domingo, 7 de diciembre de 2008

La niña, la pinta y la santa ramera,
ayer amaneció con un cielo rojo entre las piernas
la niña dejo de soñar con dragones de papel.
Que los diseño en barcos y los hundió con una lagrima
la niña sueña que el poeta introduzca,
su lengua de reptil en sus océanos precoces…
A la niña se le derrumbaron los cielos…
Dejo de serlo para soñar con juguetes bélicos…

La pinta fue creciendo a partir de tu ombligo,
la pinta creció como una enredadera
que invadió todos los amaneceres…
Una raíz- falo se alimenta de la sangre de tus profundidades.
La pinta es una pandemia,
en la calle caminan mujeres desnudas
estridentitas en la piel dormida.
¡Hay que incendiar al último de los poetas!

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