domingo, 7 de diciembre de 2008

DE REBELDIA


¿Quien apagará

la radiactividad de las sombras?

El hombre ama a una mujer

que habita en un vaso de agua

En el vaso de agua

se sumerge una ballena alcohólica.

Al interior tres ciudades de ojos

¿Quién incendió este cementerio de corazones?

Negras pesadillas extraen las vísceras

de la ausencia que viaja en los glóbulos.

Nada importa, sólo la oscuridad

de estos vasos sin historia.

Ríos de cuerpos

en una tregua al desamor

son peces iracundos besan la planicie

imploran.

Tinta que teje un andamio inválido

el cuerpo de tus pupilas en silencio

La niña muerta es una hoja seca

en la enramada de la tarde.

Sus manos blancas

como gaviotas sin cielo

los labios entrecerrados como fosas

el florece una estrella

en las nubes de sus SENOS.


Tienes como corazón

una manada de perros

que esclavizan tus vísceras

mientras duermes debajo de la TINTA

Hay en tus pupilas desiertas

injertos de noche

piernas que se ramifican

que buscan la salida de estas prisiones

Te vas entre la niebla de las palabras

las detonaciones al cerebelo

el mezcal que agrieta mis entrañas

Me siento a llorar en un islote de la luna

se carcajean los perros. . .

las ranas fornican sobre traje azul

y una mujer diminuta entra por mi pupila.

Después de recorrer la piel de la noche

morir en cada esquina alcoholizado

En las entrañas de una prostituta

sepultar poemas oscuros y una religión

Después de repetir tu nombre

a cada vagina verde

cada orgasmo nocturno

a cada tren sin pasajeros.

Después de ti no hay muerte

sólo corazones disecados

que aguardan la lluvia de otros hombres.

Sólo existe tu andante sombra

en las azoteas de mi epidermis

Sólo existe un poema ahogado en mi garganta.

*Abril 20

Una niña tiro un tintero

*Abril 21

En el huerto han florecido

nubes cargadas de sangre

y un feto que escribe POESIA.

*Abril 22

De las flores negras solo quedan

palabras pulverizadas rotas

*Abril 23

No queda huerto en este infierno

sólo un cementerio azul

donde los perros desnudos

destrozan una muñeca sucia.

Exigieren las últimas vísceras

este títere violeta.

En estos plumones

florecen muertos amarillos

respiran el último reducto

de POESIA URBANA

En este corazón

transitan carrozas fúnebres

ángeles decapitados en los ataúdes

de féretros que lloran por tu ausencia

En estos ojos

bosques en llamas

alcanzan los pies de un ángel

que trae de rodillas a la nada.

Un anzuelo transita por mis vértebras

recogiendo los segundos enfermos

que aíslan esta peste azul

de tu piel inflamable

La luna llora niñas huérfanas

en sus muslos tatuajes de caracoles

narran la historia de sus huesos.

De pesadillas marinas

incinerados llevan los parpados

Mis niñas forman una procesión de risas

en cementerios urbanos

que forman este corazón negro.

Las niñas huérfanas navegan en azoteas

navíos extraviados entre sudores

noches que alargan sus dientes

para desangrar sus vientres.



Transpiro

Bocetos de los días nublados

cadáveres que caen del viejo reloj.

Entran por mis narices

cuerpos extraños de vagabundos y duendes

tropiezan con sus huesos.

en la laringe del tiempo.

II

Escupo en las banquetas niños rotos

me imploran con ternura

no abandonar este edificio en ruinas

III

En los andamios de los sueños

abandoné las máscaras de la tragedia

de los cuerpos que habitan este cuerpo.

Amor. . . lo siento No iré a electrocutarme con los restos

de tu piel nocturna.

Despacio desnudo el cadáver

de la mujer que duerme en mis mazmorras

llanuras extensas de palabras cansadas

lunas enfermas de amor

y un mar donde entierro mi falo.

Eres una mentira

en la madrugada púrpura.

M

u

e

r

e

t

e.

La mentira incendia la ciudad

los lobos violan a la luna

que abre dócil las piernas.

II

Tus mentiras degollan a una bestia

que escribió en algún muro una mentira

a las doce una patada

Me ahogo en una taza de café

aves de rapiña guardan mi anatomía

Alguien me encierra bajo llave

Tiempo enfermo de taquicardia

en algunas cavernas de una sirena

Habita entre tus dientes una luz

marina de refugio de paseos sin destino

imágenes que sonríen debajo de tu vientre

narran la oscuridad del mar.

La sirena es un disparo en la oscuridad

se alimenta de corazones e historia.

Ninguna historia como sus manos luz

que captura los derrumbes del fin del siglo.

En la intemperie los restos sonoras

una despedida se prolonga hasta

hasta/la última jugada de ajedrez.

Una manada de perros hambrientos

desgarran las uñas de los días oscuros.

Nadie detiene la erosión de mis manos

un arco iris se esfuma en una taza de té

lágrimas condenan trescientas almas

en los arrecifes del purgatorio.


El mordisqueo agudo a la noche

desangran los labios de la luna

humedece árboles ocultos

en las sombras del deseo.

Voces subterráneas del sueño

llaman a hacerte el amor

entre sabanas heridas

que dejamos sobre nuestra piel magenta.

Ya no existe. . . .

estas ebria de soledades

en un alambre de fuego

La ausencia. . . el cáncer del deseo

la piel en llamas

los cadáveres en los espejos

que gritan cobardes

por segundo de tregua.

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